Decían que los años pasan y pesan. Y con ellos, olvidamos la sensación de sentirnos esperados por una persona que realmente nos quiere, la cual no espera nada a cambio, y que estaría una vida rodeada de desconocidos que poco a poco se convierten en amigos, esperándote.
De repente la vida vuelve a pasar y te das cuenta de que ahora eres tu el que espera, y lo peor, es que no sabes muy bien a qué.
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