lunes, 13 de abril de 2015

La fórmula del olvido.

La mujer más calculadora que he conocido, me mostró su corazón hasta que dejé de formar parte de su ecuación. Un simple número en su vida, que le acompañó durante tres tercios de esta. Ella ignora este dato porque la fórmula ya no es la misma. La ha cambiado sin pensárselo dos veces, sin mirar a atrás. Ha olvidado a una velocidad vertiginosa, mientras yo sigo soñando con ella. Con volver a formar parte de su vida.

Ahora nadie consigue entenderla, ni a su capacidad de cambio y de aparente felicidad, que yo no me creo.
No quiero experimentar otro rechazo, lo he intentado mil veces pero hay quienes son incapaces de ponerse en el lugar de los demás.

Ahora es la persona más egoísta que he conocido, incapaz de enseñar su corazón porque lo ha perdido. Ya no existe. Y mis recuerdos parecen protagonizados por otra, cada vez son más oníricos e irreales.
Son grandes recuerdos enmarcados en un presente que no se corresponde.

lunes, 6 de abril de 2015

Tiempo muerto.

Somos aquellos que sienten como el tiempo les adelanta en cada paso, a los que no les gusta dormir porque pierden horas de vida, los que odian el camino porque les gusta llegar. Siempre cuanto antes, aunque sea mal.
Somos los que viven con prisas, cuya máxima prioridad es disfrutar, y dejan lo demás para mañana.
Somos aquellos a los que el tiempo les acaba dando una bofetada por llegar tarde, por reaccionar tarde. Los que callan porque no pueden pararse a pensar. Tienen que continuar.
Somos aquellos que son felices 30 de 31 días al mes, los que solucionan los problemas dejándolos pasar porque en algún momento todo volverá a encajar. Somos los que confian ciegamente en el destino y por supuesto, en nosotros mismos. Los que no necesitamos creer en un más allá porque aquí ya hemos tenido suficiente y no ha estado nada mal.
Somos aquellos que huyen de sí mismos. Los que corren por la calle. Los de los ojos más brillantes. Los que no esperan. Los que dicen todo lo que se les pasa por la cabeza, en definitiva, somos los que hablamos con el corazón y actuamos en consecuencia.