lunes, 13 de abril de 2015

La fórmula del olvido.

La mujer más calculadora que he conocido, me mostró su corazón hasta que dejé de formar parte de su ecuación. Un simple número en su vida, que le acompañó durante tres tercios de esta. Ella ignora este dato porque la fórmula ya no es la misma. La ha cambiado sin pensárselo dos veces, sin mirar a atrás. Ha olvidado a una velocidad vertiginosa, mientras yo sigo soñando con ella. Con volver a formar parte de su vida.

Ahora nadie consigue entenderla, ni a su capacidad de cambio y de aparente felicidad, que yo no me creo.
No quiero experimentar otro rechazo, lo he intentado mil veces pero hay quienes son incapaces de ponerse en el lugar de los demás.

Ahora es la persona más egoísta que he conocido, incapaz de enseñar su corazón porque lo ha perdido. Ya no existe. Y mis recuerdos parecen protagonizados por otra, cada vez son más oníricos e irreales.
Son grandes recuerdos enmarcados en un presente que no se corresponde.

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