viernes, 4 de diciembre de 2015

Cigarro infinito #8

He decidido el árbol con el que quiero que me entierren. 
En vez de un ataúd, ahora han creado unas cosas que te entierran como en una especie de semilla y te plantan bajo el árbol que tú elijas. Y yo he decidido uno de los árboles de mi barrio, de los que ahora no recuerdo el nombre pero lo buscaré cuando tenga wifi y lo anoto.
Uno de esos árboles que están llenando la mesa donde estoy sentada de hojas, que han dejado el parque precioso este otoño. Los que cuando llega la primavera sueltan algo extraño y golpean con sus ramas nuestra ventana. Los de las hojas chiquititas verdes, que en otoño se vuelven un poco amarillas. 
Quiero quedarme para siempre a la sombra de estos árboles, que tantas letras me han visto escribir, que tantas veces me han visto reír y tantas veces enamorarme. En los que me he refugiado tantos domingos "haciendo pellas" de misa, porque mamá, ya no tenía sentido. En los que me refugio ahora porque no quiero llegar a casa, porque quiero fumarme un cigarro tranquilamente bajo su sombra. 

He decidido que aquí quiero quedarme, bajo uno de ellos. 
Y me he rayado porque he pensado que tenía que decírselo a alguien para que así lo organizase cuando yo muriese. Tenía que ser alguien cercano que se acordase de esto y lo hiciese. Y la primera persona que se me ha pasado por la cabeza has sido tú, confiando en que vas a estar conmigo hasta la muerte porque quiero que así sea, porque yo así lo haré. 
Has sido tú que me has cuidado. Solo tú me has visto caer en otoño pero florecer en primavera. Solo tú disfrutarías de la sombra como yo lo hago, solo tú verías la belleza que pueden esconder los pequeños detalles con un porro en la mano y la cabeza llena de ideas. 
Has sido tú y no lo puedo evitar. 

Pero como tu memoria a veces te falla, aquí lo dejo escrito, por si alguien quiere organizarme un funeral de la polla bajo un Tipuana. 




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