Otra vez llego derrotada a mi cuarto, temblando, gritando en silencio y escupiendo aquí todo lo que tengo atado, solidificado, hecho un nudo en mi interior.
Una vez más en el banco de mi casa, los dos. El tiempo mengua y las lágrimas crecen. Para qué engañarte, se me parte el alma cuando te veo llorar, eres alguien demasiado importante para mí como para soportar verte sufriendo...La persona correcta que me rescató en el momento preciso.
VETE me esfuerzo en decirte, porque mis piernas ya no responden.
Intentando sacar siempre el máximo provecho, un último beso, un último abrazo, una última sonrisa...ZAS! Se cierra la puerta.
Mis ganas de vivir disminuyen conforme el ascensor va subiendo; la tentación de salir corriendo a buscarte, es infinita; las posibilidades, nulas.
Esto es una locura. 9-12-12
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