La misma rutina de ir tu sola, sin rumbo, sentarte y ver como el mundo gira mientras tu te desahogas. Ir a los mismos sitios, simplemente guiada por el instinto, porque aun te niegas a creer que las cosas cambian. Lo único variable son tus sentimientos... Algo falta y ahora sabes bien que es.
Por más que te engañes nunca renunciaras a esto, seguirás creyendo que tu vida es de color de rosa, que los cigarros nunca se consumen, que las risas con amigos nunca serán falsas, que la yerba crece en tu jardín, que las cajas de condones no se vacían y que siempre lo conseguirás todo.
Hoy has salido buscando la forma de llegar a tu casa. Querías coger el autobús y a eso fuiste. Allí conociste a una señora, compartisteis poco más que un cigarro y unas palabras. Aquella señora te hizo cambiar de idea ante la negativa de que el autobús llegaría pronto. Te fuiste buscando refugio, pidiéndole a Dios no sudar mucho para la vuelta a casa. Y fue entonces cuando entraste en el mismo sitio de siempre, en el centro comercial, en el cuarto de baño(los que me conocen, sabrán que tengo la vejiga demasiado pequeña)exactamente en el último de la fila de la derecha y te diste cuenta de todo esto. La tapa giraba y allí no había papel, era lo único que faltaba.
Y no miento si te digo que esta es mi rutina preferida.
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