viernes, 9 de mayo de 2014

She.



Se fumaba los cigarros como si se tratasen de la última gota de agua del desierto. Abrazaba a sus padres antes de salir de casa todos los días, sin excepción. Nunca dejaba un "lo siento" para mañana. Bailaba como una loca por su habitación. Perdonaba antes de irse a dormir porque bien sabía que el rencor provoca más insomnio que tres tazas de café solo. Se reía de los chistes más malos. Quería a sus amigos, agradecía a todos aquellos que le ensañaban algo nuevo cada día. Y es que creía ciegamente en la idea de que toda persona podía aportarle algo. 
Vivía la vida como si solo hubiese una. Qué tonta.

                            ☾

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