lunes, 21 de mayo de 2012

Mi mayonesa espesa.

Nunca me imaginé que acabaría escribiendote esto. Tampoco imaginé que llegase a quererte así. Tu querías e intentaste de todas las maneras posibles que me enamorase de ti. Y asi poquito a poco, con cada detalle te ibas convirtiendo en una persona esencial en mi vida, un amigo por el que mataria.

Eres con el que comparto mis penas y alegrías, mis cagadas y movidas. Siempre acudo a ti para sacarme una sonrisa y aunque estés más destrozado que yo, lo consigues.

Vivíamos sin pensar hasta aquellos domingos de resaca en los que pensabamos sin vivir. Venían a recordarnos que ya no éramos felices.

Todo se volvió mas fácil este invierno cuando a pesar del frío y de nuestras 500 cicatrices internas, lo liabas, lo encendías y empezaba el humo a fluir. Las sonrisas empezaban a dibujarse y los gatos a aparecer. Empezamos compartiendo un peta y acabamos compartiendo una vida.

Y aquellos días grises en los que no estabas porque creías que era más fácil, eran precipicios. No sabes lo que me costaba vivir sin ti. Por eso, nunca fui capaz de enfadarme contigo. Nunca.

Con cada locura, calada y trago de lo que fuese, mi cariño aumentaba.
Están recorriendo mi mente miles de momentos juntos...Cuántas locuras y vicios(tengo personalidad adictiva y tú eres mi sustancia preferida.) Cuántos problemas demasiado grandes para nosotros. Cuántas colillas apagadas con rabia, con felicidad, con miedo y con impotencia.

Impotencia porque no quiero dejarte aquí, será duro y lo sé. Huiré lejos con la música y algo que eche humo a evadirme del mundo. Aunque esto, me recuerde peligrosamente a ti. Me has ganado, te quiero 100%, como un amigo, como un hermano, como el vínculo más fuerte. Un alma gemela.

Alma destruída por cada palo que te ha dado la vida. Una cabeza rápida, ágil, de pensamientos profundos, inteligente. Una boca capaz de emitir ruidos hasta entonces desconocidos. Y esas manos mágicas por crear algo que nos trae la felicidad. Felicidad momentánea, efímera y falsa pero cuando se está mal, la calidad del consuelo al que nos aferramos, nos importa básicamente, un carajo.

Recuerda somos el tiempo que nos queda.



PD: Recuerdanos en casa de Jose con las litronas, cada tarde en Neptuno, las primeras veces que faltamos a clase, cuando me enseñaste a liar, cuando me viste potando y viceversa, aquel cigarro mirando al mar y cada día en clase y ahora dime: Has sonreido? Eso es lo que me pasa cada vez que estoy a tu lado.

Te quiero precioso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario